Hace tan sólo unos pocos días que terminó la Liga de Primera División con el
Barcelona como justo campeón con la monstruosa cifra de
99 puntos. Además, de 38 partidos ganó 31 y sólo perdió en una ocasión (frente al Atlético en el Calderón), anotando 98 goles y recibiendo sólo 24. Unas cifras que, las pocas veces que se han dado en los últimos años en las grandes ligas europeas (Chelsea en la 04/05 e Inter en la 06/07), habían conducido a sus poseedores a cantar el alirón a finales del Marzo, principios de Abril. El Barça de Guardiola ha tenido que
esperar hasta la última jornada para poder coronarse campeón.
Y la culpa la ha tenido el
Real Madrid. El conjunto blanco, de nuevo presidido por
Florentino Pérez y su burbuja, fracasó con estrépito en la Copa (eliminado en primera ronda por un Segunda B) y en la Champions (eliminado por sexta vez consecutiva en octavos de final por un equipo de nivel medio como el Olympique de Lyon) pero en el campeonato liguero realizó la segunda mejor temporada de su historia. 96 puntos, 102 goles y 31 partidos ganados así lo atestiguan. Finalmente el rival fue demasiado duro y los blancos no pudieron conquistar un título que hubiera sido balsámico en
una temporada realmente tormentosa repleta de problemas, guerras y puntos negros.
El Madrid ha tenido que enfrentarse a un rival gigantesco como este Barcelona de
Guardiola y
Messi, ha tenido que levantarse de los dos fiascos anteriormente relatados, ha sufrido el
nulo rendimiento de dos fichajes multimillonarios como
Kaká y
Benzema (100 millones de euros entre los dos), anunciados hundimientos como el de
Raúl, marchas incomprensibles como las de
Robben o
Sneijder (ninguno tenía sustituto en la plantilla, lo que ha generado graves descompensaciones) o graves lesiones como las de
Pepe y ha tenido que lidiar con una
presión mediática nunca vista con el entrenador,
Manuel Pellegrini, como diana más reclamada (aunque Higuaín, 27 goles en Liga, también se haya llevado muchos e incomprensibles palos). El chileno lo habrá hecho mejor o peor pero desde luego no se ha merecido, como ningún trabajador se merece en el desempeño de su labor, el
escarnio público al que Marca, laSexta y Punto Pelota (extrañísimos compañeros de viaje, por cierto) le han sometido con la connivencia de la altas esferas del club y que ha terminado conllevando su destitución (todavía no oficial, eso si)... yo no hubiera esperado tanto y a mitad de temporada hubiera hecho el petate pero está claro que
Pellegrini es mucho más señor que yo.
Tampoco la temporada del
Barcelona ha estado exenta de zonas oscuras. Para empezar, el presidente
Laporta ha sido más Laporta que nunca y, en su último año de mandato, no ha escondido para nada la
utilización política que de su cargo viene haciendo desde el primer día y ha conseguido dañar un poco la gran imagen del club que el equipo ha conseguido en el campo. Tampoco se libra Guardiola, gran entrenador pero con un ojo pésimo para los fichajes.
Chigrinski e
Ibrahimovic, fichados a golpe de talonario, (el Madrid no es el único que lo hace, ni mucho menos) han tenido un
rendimiento totalmente deficitario. Finalmente, el tercer punto negro en la casi impoluta cara blaugrana fue la esperpéntica, antigua y zafia campaña montada para la vuelta de las semifinales de Champions contra el Inter (la ya célebre
remuntada) y la poca clase demostrada al encender los aspersores cuando los jugadores del conjunto milanés, con todo el derecho del mundo y como han hecho los jugadores blaugranas por campos de todo el planeta, celebraban su pase a la final.
Ser caballero en la victoria es fácil, en la derrota no tanto. Es algo que Guardiola no ha podido cambiar todavía del
adn culé, por lo visto.
De
los otros 18 equipos que han competido esta temporada poco se puede decir salvo que realmente
han competido poco. El tercer clasificado, el
Valencia, ha quedado a 25 puntos del segundo y
a 28 del campeón, un equipo triste y blando como el
Getafe (especialista en perder ante rivales con inferioridad numérica) ha conseguido plaza para la Europa League y el
Málaga se ha salvado con unos miserables
37 puntos cuando el año pasado el Betis bajó con 43. Son tres ejemplos que demuestran a las claras
el descenso de calidad que ha sufrido nuestro campeonato liguero esta temporada. Hay que analizar las causas y corregirlas para que nuestra Liga no se convierta en un torneo aburrido y sin chispa, una especie de Escocia mediterranea.
De todos modos se pueden destacar algunos nombres como el de
Quique Sánchez Flores. El sobrino de Lola Flores cogió un
Atlético de Madrid cadavérico, que estaba eliminado de Champions y
caminaba hacia Segunda, y le dio un golpe de timón realmente espectacular: lo colocó en la zona tranquila en Liga (con victorias de mérito como la conseguida frente al Barça) y lo llevó a
las finales de Europa League y Copa del Rey. En la primera se impusó al Fulham, en la segunda fue derrotado por el
Sevilla (demasiado premio para la temporada del conjunto nervionense, con diferencia el que peor ha jugado esta campaña). Además, ha apostado por dos chavales de la cantera como
De Gea y
Domínguez y les ha dado mando en plaza. Cuando escribo esto, el Atleti todavía no le ha renovado para la próxima temporada. Si dejan escapar a Quique, Cerezo y Gil Marín cometerán un gran error.
También sería conveniente destacar la labor de
Gregorio Manzano, que ha llevado a un equipo inmerso en una grave crisis institucional como el
Mallorca a las puertas de la Champions y la de
Nestor "Pipo" Gorosito, que a pesar de la hilaridad que provoca su cabellera (le apodó su propia afición como
Capullo de Jerez) ha demostrado ser un técnico de primera categoría y casi consigue salvar a un
Xerez que parecía equipo de Segunda ya en Diciembre del año pasado. Otro nombre propio a destacar es el de
Sergio Canales, un futbolista diferente, con un toque de genialidad que lo emparenta con gente como
Roberto Baggio y al que le han bastado unos cuantos partidos con el Racing para dar el salto a un grande como el Real Madrid.
Y poco más tengo que decir sobre este campeonato liguero pero que nadie se preocupe, podréis sufrir mi verborrea en próximos análisis sobre las ligas europeas, la Segunda División y el inminente Mundial de Sudáfrica.
Un saludete guap@s.